Comunicación entre las personas y su vivienda: el origen de la domótica y sus características

Rodeados de dispositivos tecnológicos personales, también el hogar es cada vez más inteligente. Se puede programar el encendido de la calefacción, del riego, las luces, la subida y bajada de las persianas… Pequeños grandes cambios que nos hacen la vida un poco más cómoda. Pero, ¿cómo nació la domótica y cuáles son sus inicios en España? ¿qué es exactamente? Os lo contamos…

La domótica –del latín domus (hogar)-, es el conjunto de sistemas automatizados de una vivienda que aportan servicios de gestión energética, seguridad, bienestar y comunicación, y que pueden estar integrados por medio de redes interiores y exteriores de comunicación.

Entrando en los años 90, el desarrollo paralelo de tres grandes ramas de la tecnología –telecomunicaciones, informática y electrónica-, hace que los edificios convencionales añadan múltiples mejoras, al tiempo que los hogares inteligentes comienzan a ser una realidad.

Los orígenes de la domótica en España se pueden situar alrededor de 1990, fecha en la que se empiezan a llevar a cabo las primeras iniciativas e investigaciones, principalmente por el Institut Cerdà.

Al principio las investigaciones se limitaban a aspectos como la confortabilidad y la seguridad, y en casos aislados la gestión de las comunicaciones y la energía. En los siguientes años se fueron abriendo las miras de sus aplicaciones, normalizando la utilización de dispositivos de domótica en la construcción de viviendas.

El mercado actual se caracteriza por los siguientes aspectos:

1. Creación de nuevas empresas dedicadas a la fabricación e instalación de sistemas automatizados.
2. Avance en la normalización y homologación de determinados productos e instalaciones.
3. Innovación y desarrollo. La domótica es un sector en pleno desarrollo: nuevas aplicaciones, nuevos sistemas, nuevas instalaciones… Avances cada vez más sofisticados y casi sorprendentes.

Aunque la introducción de la domótica en España ha sido lenta debido a la concepción de ‘alta tecnología’ y elevado precio, poco a poco se ha estandarizado y democratizado en muchos aspectos. La comodidad y el sencillo manejo de la mayoría de dispositivos y sistemas domóticos son sus principales fortalezas.

¿Qué es la domótica a nivel técnico?

Hablamos de tecnología innovadora e intuitiva que permite gestionar de forma energéticamente eficiente los distintos aparatos e instalaciones domésticas tradicionales que conforman una vivienda (calefacción, electrodomésticas, iluminación…). El usuario establece de forma intuitiva, centralizada y eficiente como quiere que su hogar se automatice.

 La manera de funcionar una instalación domótica se basa en tres componentes principales:

• Sensor: es el dispositivo que monitoriza el entorno con el objeto de generar una acción. Si el sensor es autónomo, es decir, no está conectado a una red domótica, puede ejecutar una acción de encendido/apagado por sí mismo. Si está en una red, puede mandar una señal a un dispositivo que actúe en consecuencia. Si disponemos de un centro de control, éste puede encargarse de decidir qué hacer en función de la señal enviada por el sensor. Como ejemplo, los sensores pueden ser de presencia, luz, temperatura, viento, humedad, humo, agua, gas…
• Actuador: es el encargado de ejecutar una acción. Es el dispositivo de salida capaz de recibir una orden del controlador y realizar una acción encendido/apagado, subida/bajada, etc. Los sensores comentados anteriormente que son capaces de ejecutar una acción, en realidad son también actuadores.
• Controlador: se trata del centro de control para gestionar toda la instalación domótica desde un único aparato. No es necesario tener un centro de control, pero nos permitirá la programación de los dispositivos y una gran flexibilidad en el uso de la domótica. Pueden ser aparatos sencillos con unos cuantos botones, hasta pequeñas consolas con pantalla táctil con un menú de opciones para el control de los dispositivos o actualmente a través del propio smartphone o tablet.

En definitiva, el usuario y la vivienda se comunican, haciéndolo además con el mínimo cableado posible, de manera flexible e integrando los servicios e instalaciones convencionales con las nuevas tecnologías, permitiendo su conexión e interacción entre ellos.

Estos son los tres tipos de interconexión en los que se clasifican las centrales a escala tecnológica:

1. Centrales cableadas: todos los sensores y actuadores están cableados a la central, la cual es el controlador principal de todo el sistema. Esta tiene normalmente una batería de respaldo, para que en caso de que falle el suministro eléctrico, el sistema no deje de funcionar.
2. Centrales inalámbricas: en este caso usan sensores inalámbricos alimentados por pilas o baterías y transmiten vía radio la información de los eventos a la central, la cual está alimentada por red eléctrica y tiene sus baterías de respaldo.
3. Centrales mixtas: combinan el cableado y el inalámbrico.

¿Cuáles son los beneficios de la domótica?

• Ahorro energético gracias a una gestión inteligente de los consumos.
• Seguridad personal y patrimonial.
• Teleasistencia.
• Gestión remota a través del teléfono, internet… de las instalaciones y equipos domésticos.
• Aumento del bienestar y el confort.

Teniendo en cuenta estas bases de la domótica, es más sencillo comprender su auge. Un sector en el que se está investigando continuamente, favoreciendo la innovación y el desarrollo de nuevos sistemas y aplicaciones para hacer la vida más sencilla a las personas.

Y ahora, contadnos, ¿aprovecháis la domótica en vuestros hogares? ¿Qué sistemas os gustaría poder instalar en vuestra casa?

Por último, ya sabéis que en Todoelectronica.com disponemos de un amplio catálogo de controles gsm, por control remoto, controles modulares… Si tenéis dudas, preguntadnos sin compromiso.

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